SHAQYA

Según Eduardo Saavedra, Shaqya, también denominado como Xiquena, nació en nuestro municipio de Ledaña en el siglo VIII. Esta afirmación se debe a que su nombre aparece en el Abjar Machmúa, una crónica árabe del siglo XI, donde aparece que era oriundo de “Lebedania” o “Lapinadia”, que parece ser Ledaña.

Shaqya ben Abd al Wahid al-Fatimi formaba parte de la tribu bereber de Miknasa y ejercía como maestro de la escuela coránica en la cora de Santaver. Este oficio le permitió persuadir a sus compatriotas, alegando que era uno de los descendientes del profeta Mahoma, de ahí su sobrenombre Fatimi. De esta forma, entendía que tenía el derecho de gobernar a los musulmanes.

Entendiendo este contexto, este personaje destaca por ser el encabezador de la sublevación más peligrosa y extensa a la que tuvo que hacer frente el emir Abderramán I. La revuelta inició en el año 768 siendo un éxito rotundo, ya que los bereberes de Al-Ándalus eran almas inquietas siempre favorables a nuevas doctrinas. Este éxito supuso esa extensa duración de la que hablábamos, extendiéndose la revuelta durante casi diez años.

Inicialmente se hizo fuerte en la cora de Santaver, creando su propio ejército y adueñándose de grandes extensiones de terreno. Pero posteriormente, con este poder militar, conquistaría Coria, Medellín y Mérida, tomando así el control de la accidentada región de las cuencas del Tajo y del Guadiana, y establecería su cuartel general en el castillo de Sopetrán.

Abderramán I, intentando hacer frente al poder de Shaqya, en el 772 comenzaría a sitiar este castillo, pero otras sublevaciones simultáneas dividieron las tropas del emir, creándose así unas circunstancias favorables para Shaqya, que consiguió resistir al asedio encabezado por el jefe bereber Hital. Pocos años después, entre el 774 y el 775, Abderramán I realizaría otra expedición contra Coria, acabando en este momento con una gran parte de los seguidores de Shaqya en el lugar. Pero el último esfuerzo lo realizaría entre el 776 y el 777, cuando Abderramán I envió a sus generales Ubayd Allah Abu Uthman y Tamman ibn Alqama al-Thaquifi a asediar durante meses en la fortaleza de Sabatrán, pero ante su incapacidad de acabar con Shaqya decidieron retirarse.

Poco después de esto el poder de Shaqya acabaría cayendo a causa de su asesinato. Shaqya salió de Sabatrán para dirigirse a una aldea de la cora de Santaver, destino al que no llegaría ya que en el mismo camino, en un lugar llamado Alquería de las Fuentes, dos de sus partidarios, Abuu Man y Abu Juzaym, que habían sido sobornados por el emir, le dieron muerte. Así acababa la historia y la resistencia de Shaqya, uno de nuestros coterráneos más destacados, con su cabeza siendo enviada a la corte del emir de Córdoba.


MARCOS EVANGELIO

Reconocido artista del siglo XVIII por sus obras realizadas en esta zona, a Marcos Evangelio se le cree natural de Ledaña, nuestro municipio. Existen muy pocos datos biográficos de este personaje, salvo su nacimiento en el último tercio del siglo XVII, pero se conoce que en esta nuestra localidad tuvo su residencia y su taller de arquitectura, escultura y entalladura, donde diseñaba y realizaba sus trabajos. Así, entre otras obras, a él se le atribuye la autoría del escudo tallado en piedra de este nuestro municipio.

Marcos Evangelio realizó diversas obras a lo largo de su vida, destacando sobre todo en los retablos. Entre sus obras podemos destacar:

  • Retablo de la Ermita de San Esteban de Cenizate (Albacete), realizado entre 1705 y 1710.
  • Retablo de la Ermita de Nuestra Señora de la Caridad de Villarrobledo (Albacete), realizado en 1715.
  • Retablo de la Iglesia Parroquial de San Blas de Villarrobledo (Albacete), realizado en 1716.
  • Retablo de la Ermita de San Roque de Ledaña (Cuenca), en la misma fecha que el anterior.
  • Retablo del Cristo de los Milagros de la Iglesia de Santa Catalina de El Bonillo (Albacete), realizado en 1721.
  • Retablos del Cristo de la Paz y del Niño Jesús de la Iglesia de Olmeda del Rey (Cuenca), en la misma fecha que el anterior.
  • Tribuna del órgano de la Iglesia de Lezuza (Albacete), realizado en 1737.
  • Escudo de la Villa de Huete (Cuenca), en la misma fecha que el anterior.
  • Obras del Convento de la Merced de Huete (Cuenca), realizado en 1739.

BENITO ANTONIO GARCÍA MOTILLA

Hijo de Jorge García Orozco y Ana María Motilla Ortega, naturales de Ledaña, nació en nuestra localidad el 3 de mayo de 1769 y fue bautizado en la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol.

Benito Antonio García Motilla se tituló en el bachiller en leyes en el Seminario de San Fulgencio de Murcia. Por ello, en 1799 solicitó el examen de abogado, el ingreso en los Reales Consejos, que era expedido por el Consejo de Castilla y necesario para ejercer como abogado en los consejos y demás tribunales.

Años después, con el fallecimiento de D. Juan Bautista Adell y Puig, el 4 de febrero de 1815, quedan vacantes dos empleos en el Tribunal de la Inquisición en Valencia, el de contador y el de notario. Ante esto, Benito Antonio García Motilla se presenta como pretendiente al primero de ellos. De esta forma, tras posicionarse por encima de su rival en el puesto, el Dr. D. Vicente Mora, y superar el trámite de “limpieza de sangre”, que era un requisito necesario para el puesto, Benito Antonio, natural de Ledaña, sería nombrado Contador del Tribunal de la Inquisición en Valencia. Este nombramiento tuvo lugar en el obispado de Cuenca, donde recibió el título por manos del Inquisidor General, D. Francisco Javier Mier y Campillo, el día 10 de agosto de 1815.

Como contador su tarea era presentar y finiquitar las cuentas del Tribunal de la Inquisición de forma anual. Estas cuentas eran ruinosas y fue Benito Antonio García Motilla, como amigo íntimo de Nicolás Rodríguez Laso, inquisidor decano de Valencia entre 1814 y 1820, quien tuvo que hacer frente a los contables liberales de la contaduría para liquidar los restos del Tribunal de Valencia. Este Nicolás Rodríguez Laso, fruto de la amistad tan estrecha que mantenía con Benito Antonio, decidió hacer una donación a este nuestro municipio de Ledaña. Así, el inquisidor decano de Valencia, el 25 de marzo de 1825 concretó su último testamento, donde decía “tengo encargado un retablo o altar para la iglesia de Ledaña al arquitecto don Vicente Belda. Si acaso no estuviere pagado a mi fallecimiento, quiero que se satisfaga de mi herencia”.

La última noticia que se tiene de Benito Antonio es del año de 1839, con 70 años de edad, donde aparece como jubilado cesante en la lista de empleados de la Hacienda Pública de España.


ANASTASIO GARCÍA LÓPEZ

Nació en Ledaña el 27 de abril de 1823, en una familia de carácter humilde, algo que no iba a ser un obstáculo para todos los logros que conseguiría como un verdadero intelectual. Anastasio García López quedó huérfano de padre cuando tenía cinco años, pero su madre, que tenía ambiciosos planes para él, hizo grandes sacrificios para que este pudiese cursar los estudios de Filosofía en el Seminario e Instituto de segunda enseñanza de Murcia, en 1838. Aquí, además de estudiar un curso de Filosofía racional, historia de la Filosofía y cursos de Botánica y Agricultura con notas de sobresaliente, obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía por unanimidad.

En 1841 inició la formación de médico cirujano en el Colegio de Medicina de San Carlos de Madrid, la cual terminó en 1848 con todo sobresaliente, obteniendo así el Título de Licenciado con matrícula de honor y premio extraordinario. Además, mientras llevaba a cabo esta formación necesitaba dinero para costearse los estudios y mantener a su anciana madre, por ello, también daba repaso a alumnos con dificultades en las asignaturas de la carrera, escribía artículos y hacía traducciones del francés, colaboraba con distintos periódicos de la facultad, etc.

En 1847 conseguiría también el título de regente de segunda clase de Filosofía, Psicología y Lógica por unanimidad, y pocos años después, el título de licenciado en Filosofía y Letras. A su vez, muchos años más tarde, en 1870, se convertiría en Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca.

Durante toda su carrera profesional Anastasio destacará en diversos aspectos, siendo un hombre muy polifacético. Desde el lado de la medicina destaca en el campo de la homeopatía, donde se le considera el máximo representante de esta corriente científica. Él en un principio ejerció la medicina tradicional o alopática, pero en torno a 1855 comienza a acercarse a la vertiente homeopática, convirtiéndose así en 1857 a las teorías de Hahnemann, cuando comprobó la ineficacia de los medicamentos tradicionales y el éxito de los procedimientos homeopáticos. En relación con su defensa de esta corriente, su iniciativa sugirió la idea de fundar el Instituto Homeopático y Hospital de San José en Madrid, en 1878. Esta iniciativa la llevó también a Barcelona, fundándose allí la Academia Médico-Homeopática de Barcelona.

Pero como hemos mencionado anteriormente, Anastasio García López fue un hombre muy polifacético, dedicando así su carrera también a otras tareas como la hidrología médica y el espiritismo, campos donde va a desarrollar también una amplia labor escrita, tanto mediante sus libros como a través del periodismo.

Toda esta larga y cultivada carrera que desempeñará en torno a distintos cargos y a través de la confección de muchas obras le confirió grandes condecoraciones y distinciones honoríficas, como por ejemplo la de Socio de honor y mérito de la Academia Médico-Quirúrgico Española. Tanta fue la grandeza de este personaje natural de nuestra localidad que fue diputado a Cortes (1873) por el distrito de Almazán (Soria), aunque sólo de modo coyuntural, en coherencia con su ideología demócrata y republicana, ya que Anastasio fue masón.

Anastasio García López, tras su amplia carrera, fallece en Sevilla el 1 de mayo de 1897 a los setenta y tres años, siendo víctima de una fiebre infecciosa palúdica frente a la cual fueron estériles los esfuerzos de la ciencia.


TOMÁS CAMPOS ALFARO

Tomás Campos Alfaro nació en Ledaña el año de 1843, aquí, en la escuela de nuestro municipio, cursaría sus estudios de enseñanza primaria. Seguidamente continuaría con sus estudios, con el bachiller, el cual obtendría en el instituto de Albacete.

Posteriormente obtendría el título de maestro de primera enseñanza en la Escuela Normal de Magisterio de Albacete, en el año de 1866; y el de Procurador de Audiencia expedido por S. M. el Rey don Alfonso XII en agosto de 1879, un cargo que ejercería en los Tribunales de Albacete hasta el 20 de julio de 1892.

Tomás Campos Alfaro trabajó como maestro durante más de 28 años, tiempo en el que pasó por diversas escuelas de la provincia de Albacete como las de Barrax, Almansa y Albacete capital. En el ejercicio de su oficio fue un excelente pedagogo, llegando a ser autor de dos libros relativos al ámbito educacional, junto a algunos artículos del mismo tema.

Esta entregada labor docente y su trabajo constante en favor de la educación le hizo recibir varios premios y menciones honoríficas. Entre estas encontramos por ejemplo la Real orden del 12 de enero de 1872, donde se le daban las gracias por el donativo de libros a bibliotecas populares; el diploma y la medalla de perfección en la Exposición Provincial de Albacete de 1883; etc.

Otra faceta menos reconocida de Tomás Campos Alfaro fue la poesía. El Diario de Albacete publicó algunos de sus poemas.

Tomás nunca olvidó su pueblo y su amor hacia Ledaña siempre fue reconocido. Por ello, en nuestra localidad, tierra de sus familiares, conservó tierras, una bodega y una vivienda a la que retornaba con asiduidad para visitar a su familia y para atender sus propiedades.

Tomás Campos Alfaro falleció en Albacete el día 14 de diciembre de 1934, a los 91 años. Con el paso del tiempo sus tierras e inmuebles se fueron vendiendo, por lo que, a día de hoy, de sus propiedades del campo queda solo como testigo la casilla de don Tomás y el inmueble donde estaba la fábrica de alcohol y la bodega. Pero aquí, en Ledaña, se ha procurado mantener la memoria y el reconocimiento a un personaje tan ilustre como este incorporando su nombre en una vía del municipio.


JOSÉ ANTONIO ESPINOSA CABAÑERO

José Antonio Espinosa Cabañero nace el 4 de julio de 1923 en esta nuestra localidad de Ledaña, de donde también era natural su progenitor. Desde muy pequeño viviría en Valencia, donde estudió la enseñanza elemental primaria y posteriormente obtuvo el título de Bachiller. Años después, en la universidad esta misma ciudad, se licenciaría en Medicina, tomando el camino hacia la especialidad de Oncología.

José Antonio fue uno de los pioneros en el tratamiento del cáncer en Valencia, y uno de los impulsores de la Oncología en España. Comenzó su actividad en el Instituto Valenciano de Oncología, antes de la construcción del Hospital, visitando a los pacientes en ambulatorios y en sus domicilios privados, lugares donde a pesar de la falta de recursos y fármacos, trató a gran cantidad de enfermos.

Según los relatos de sus alumnos fue una persona de una gran talla humana, que no tuvo ningún afán de protagonismo, ya que sus únicas ambiciones eran las de transmitir sus conocimientos, entregarse absolutamente a sus pacientes y ser bondadoso. Por ello, acabó siendo socio fundador de la Sociedad Española de Quimioterapia Oncológica, germen del SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica).

José Antonio Espinosa Cabañero, que solía retornar algunos veranos a su tierra natal, a Ledaña, se jubiló en 1992, siendo jefe del Servicio de Oncología Médica. Y años más tarde, el 30 de abril de 2007, falleció en la ciudad de Valencia. A día de hoy, la memoria de este nuestro coterráneo se mantiene viva en Ledaña con el nombramiento de una calle en su honor, la Calle Doctor Espinosa.


ANTONIO PÉREZ NAVARRO

Nacido en Ledaña en 1838, Antonio Pérez Navarro, propietario agrícola, fue un hombre emprendedor e innovador que realizó una auténtica “revolución” en la agricultura de este nuestro municipio. En sus tierras, tanto de secano como en las viñas, Antonio utilizará maquinaria moderna, fertilizantes y novedosos sistemas de cultivo. Este camino hacia la innovación abierto por este mismo personaje será continuado por otra personalidad reconocida de nuestro municipio, José Enrique Serrano Morales, cuando herede las propiedades agrarias de su familia, que cultivará personalmente pasando largas temporadas en Ledaña.

Esta labor de modernización de la agricultura dada en Ledaña, la cual ambos efectúan, tendrá un enorme impacto, pero ya no solo a nivel regional, sino también a nivel nacional. De esta forma, diarios nacionales, sobre todo los especializados en el tema, harán eco de las importantes reformas que se ejercían en la agricultura de Ledaña. Estas innovaciones técnicas aumentaron la producción y el rendimiento de sus tierras, situando así el nombre de este pequeño pueblo de la Mancha conquense, Ledaña, con letras mayúsculas en el mapa agrario español.

Antonio Pérez Navarro, en el servicio por su pueblo de Ledaña, llegó a ser nombrado alcalde en 1873, a la edad de 34 años.

Antonio fallecería el 14 de mayo de 1911, a los 73 años de edad, por debilidad senil, según relata el acta de defunción. Años más tarde, desde el Ayuntamiento de Ledaña, reconociendo su aportación incalculable a este nuestro municipio, se le dedicó una calle.


ISMAEL PÉREZ IZQUIERDO

Natural de Ledaña, Ismael Pérez Izquierdo nace el 29 de enero de 1910. Aquí, en Ledaña, pasa su infancia y adolescencia, donde cursa sus estudios de enseñanza elemental primaria y secundaria.

Su padre fallece tempranamente, en mayo de 1911, momento en el que su madre de 27 años se ve en un gran problema con tres hijos de corta edad y un proceso judicial en curso. Así, esta y sus hijos, entre ellos Ismael, quedan en la ruina total, por lo que deben abandonar su domicilio situado en la Plaza Mayor de Ledaña (ahora Plaza de la Constitución) y subsistir gracias a la ayuda de su familia y de algunos vecinos.

Pocos años después marchan a Valencia, donde se asientan de manera definitiva. Aquí Ismael Pérez Izquierdo obtendrá el título de Maestro de primera enseñanza, y en mayo de 1932, empezará los tres cursillos de selección para ingresar en el Magisterio Nacional. En mayo de 1933 aprobaría el último de los tres y poco después ingresaría en el Magisterio Nacional mediante oposición.

Durante años estuvo ejerciendo en distintas escuelas, recorriendo grandes distancias. Pero a parte de sus labores como maestro, Ismael ejerció como pedagogo, escritor y conferenciante, y se afilió a la Sociedad Teosófica Española.

Una vez acontecida la Guerra Civil e instaurado el Franquismo, Ismael, como claro republicano de izquierdas, tuvo que marchar al exilio. Su nombre aparece en el Boletín Oficial del Ministerio de Educación Nacional (8/6/1942) con el de otros maestros depurados en la provincia de Cuenca. El destino de su exilio fue México, donde continuó con su labor docente como profesor en la Universidad Central de México, y donde también siguió escribiendo diversos artículos de prensa.

Durante su larga y definitiva estancia allí, ya que se le supone como fallecido en México, sus contactos con España fueron frecuentes, ya que su madre y sus hermanas permanecieron en Valencia. A su vez, su relación con la tierra que lo vio crecer, Ledaña, no cesó, algo que podemos observar en las cartas que enviaba a su primo y amigo, Julián Jiménez Ruiz. En estas cartas Ismael expresaba su deseo de retornar algún día a España para visitar Valencia y su pueblo natal de Ledaña.

De su familia aún quedan algunos recuerdos en esta nuestra localidad, como la casa donde vivieron en la actual Plaza de la Constitución o la calle que lleva el nombre de su padre, Antonio Pérez Navarro.


JOSÉ ENRIQUE SERRANO MORALES

Aunque él no nació en Ledaña, José Enrique Serrano Morales es miembro de una familia ilustre con raíces en Ledaña. Por sus venas corría sangre ledañesa y siempre demostró el gran amor y aprecio que tenía por esta tierra conquense donde habían nacido sus antepasados. En su epistolario encontramos muchas cartas hacia sus mejores amigos, entre ellos Marcelino Menéndez Pelayo, remitidas desde Ledaña, algo que evidencia una directa y cercana relación con el que fue su pueblo.

José Enrique nació en 1851, en Algeciras (Cádiz), pero tempranamente se mudaría a Valencia, donde siguiendo con la tradición familiar, se licenciaría en Derecho por la Universidad de Valencia. Además, de muy joven contrajo matrimonio con María Aynat de Benedito, perteneciente a una respetada familia valenciana.

Durante su vida José Enrique se dedicó fundamentalmente a la bibliografía y el estudio de publicaciones y manuscritos, ámbito en el que se le consideró un importante erudito. Esta erudición, junto a sus inquietudes culturales, lo convirtió en el presidente de la Sociedad de Bibliófilos, en investigador de archivos y bibliotecas, historiador y gran conocedor de la lengua española. Así, todos los bibliófilos españoles reconocieron a Serrano Morales como uno de los más entendidos y doctos en la bibliografía española.

Por su amplia trayectoria recibiría diversas condecoraciones y llegaría a ocupar importantes cargos, entre ellos, fue miembro de la Real Academia de la Historia. A su vez, llegó a participar en política como diputado a Cortes por Motilla del Palancar en 1891 y 1896, donde podemos destacar su amistad con figuras de la talla de Cánovas del Castillo.

En su vida particular se ocupó del patrimonio familiar que le pertenecía en este nuestro pueblo de Ledaña. Así, todos los años venía en verano a atender lo relativo al cultivo de sus tierras. En ellas introduciría innovaciones técnicas que supondrían un gran avance de la agricultura en la zona.

Finalmente, el día 18 de febrero de 1908, José Enrique Serrano Morales fallecería a causa de una astenia cardiaca. Actualmente, el recuerdo de un personaje de tal envergadura relacionado con nuestro municipio trata de no ser olvidado por el pueblo de Ledaña, y para ello, existe una calle dedicada en su honor.


MANUEL ATTARD SERRANO

Nació en 1872, y aunque no lo hizo en Ledaña, sino en Valencia, Manuel Attard Serrano es miembro de una familia ilustre con raíces en Ledaña. Este fue abogado, escritor y oficial mayor del archivo-biblioteca de Valencia.

Fruto de su amplia relación con nuestra localidad, Manuel Attard va a pasar temporadas en Ledaña, fundamentalmente en los meses de verano, para gestionar y atender las tierras familiares que aquí tenía. Esta labor la compagina con sus obligaciones en Valencia como abogado y oficial mayor del Archivo.

En Valencia realizará el inventario de toda la colección de documentos de la biblioteca de su tío, José Enrique Serrano Morales. Esta colección constaba de 18.123 volúmenes, correspondientes a 7.321 documentos entre los cuales hay manuscritos, libros impresos, legajos, grabados y cajas de cartón, madera y metal con diferentes papeles. Una amplia colección que fue donada al Ayuntamiento de Valencia.

Manuel Attard Serrano fallece el día 11 de mayo de 1924, a una temprana edad (igual que su tío), con 52 años. La causa de la muerte fue una infección hepática, una hepatitis que le dejó durante un tiempo postrado en su cama hasta que se cobró su vida.

Su figura es conmemorada a día de hoy en nuestro pueblo mediante una calle en su honor, que se encuentra situada en mismo centro del municipio, la Calle Manuel Attard.


EMILIO ATTARD ALONSO

Emilio Attard Alonso nace en Valencia el 8 de abril de 1915, pero sus raíces familiares lo unen fuertemente al pueblo de Ledaña, al que irá retornando con frecuencia a lo largo de su vida.

Emilio estudió Derecho en la Universidad de Valencia y se tituló en la Escuela de Periodismo de El Debate. Su gran trabajo como periodista, jurista y político lo llevaría a ocupar importantes cargos en la administración y en la empresa privada. Así, fue decano del Colegio de Abogados de Valencia, presidente de la Academia Valenciana de Jurisprudencia, del Consejo Superior Bancario, fundador y presidente del Banco de Exportación, etc.

En las elecciones de 1977 y 1979 fue elegido diputado por Valencia. A su vez, fue presidente de la Comisión Constitucional que creó nuestra constitución actual, la de 1978, donde jugó un papel importante en la coordinación y el consenso de los partidos. Además, llegó a ocupar otros cargos de gran relieve, como el de Vicepresidente 1º del Consejo de los Diputados.

En sus Memorias, que fueron publicadas en el diario Las Provincias (diario en el que él escribió gran cantidad de artículos), recuerda los momentos tan complicados que vivió junto a su familia en Ledaña, particularmente durante la Guerra Civil, cuando él mismo estuvo cerca de perder la vida.

Aun así, durante esta vida, siguiendo la costumbre de su padre y abuelos, cada año venía con su mujer a esta nuestra localidad de Ledaña, donde conservaba las viviendas y las propiedades agrarias de sus abuelos, las cuales venía a atender.

A día de hoy, a una figura tan destacada en la historia de España y con sus raíces en este nuestro pueblo, se le rinde honor con una calle situada en la parte alta del municipio, la cual lleva su nombre.